Zidane se movía con la prestancia de un torero. Cada gesto suyo era pura maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un https://alexiacgim095306.blogspothub.com/37440631/qué-declaró-zidane-después-del-cabezazo